Por Simona Chiose
Las largas demoras en los tiempos de procesamiento de inmigración para algunos de los candidatos más altamente calificados y educados que buscan la residencia permanente en Canadá están llevando a muchos a cuestionar la imparcialidad del sistema de inmigración del país.
Los retrasos están afectando a los que realizaron sus solicitud a la Clase de Experiencia Canadiense (CEC) el año pasado. Cuando se inició en 2008, el gobierno presentó la categoría CEC como una forma de competir por «mejores y más brillantes», proporcionando una vía de migración suave y rápida para los que tienen experiencia de trabajo en Canadá y la educación post-secundaria. Los antiguos alumnos internacionales representan alrededor del 40 por ciento de los que han solicitado permanecer en Canadá a través de CEC.
Recientemente, sin embargo, la frustración ha ido creciendo, con algunos solicitantes diciendo que han estado esperando más de lo que esperaban para que su solicitud continúe.
«Queremos tener hijos pronto, realmente queremos comprar una casa aquí. Pero usted va al banco y dicen que no tenemos estatus en Canadá – así que todo ha estado en suspenso durante los últimos dos años», dijo Karen Johnson, de 29 años de edad, de Irlanda, que trabaja en mercadotecnia. «Tenemos una boda en Navidad en Adare. No podemos ir, de lo contrario perderíamos nuestros permisos de trabajo».
Johnson y su pareja llegaron a Canadá hace cinco años con una visa de trabajo en vacaciones y solicitaron la residencia permanente en el verano de 2014. Ellos aún no han recibido una decisión.
En su página web, Ciudadanía e Inmigración de Canadá (CIC) establece que las solicitudes de CEC se están procesando en 14 meses.
Eso es más largo que en casi cualquier otro año, según cifras proporcionadas por CIC a The Globe and Mail. Y muchos de los que están a la espera – incluyendo decenas de estudiantes internacionales que contactaron a The Globe en respuesta a una solicitud en los medios sociales – dicen que han estado esperando durante más de un año y medio.
Para los jóvenes irlandeses, los retrasos se sienten particularmente como un cambio brusco a la forma en que Canadá los cortejaba hace apenas unos años. De hecho, en el otoño de 2012, Jason Kenney, quien fuera ministro de ciudadanía e inmigración en ese momento, apareció en un programa de televisión muy popular en Irlanda. Los empleadores canadienses sentían que los trabajadores irlandeses eran «compatibles culturalmente», dijo Kenney, y el Gobierno estaba haciendo más fácil para los inmigrantes irlandeses hacer de Canadá su hogar permanente.
«Al igual que las personas hicieron un compromiso con Canadá, Canadá hizo un compromiso con estas personas», dijo Cathy Murphy, directora ejecutiva del Centro de Inmigración Canadiense irlandés.
Murphy dijo que está recibiendo muchas llamadas de trabajadores jóvenes ansiosos y familias cuyas solicitudes de CEC están tomando mucho tiempo.
Lo que es particularmente injusto, dijo, es que las personas que presentaron una solicitud a través de la categoría Entrada Exprés, el nuevo sistema de inmigración que comenzó en enero de 2015, están recibiendo decisiones en seis meses o menos.
«Me parece que es obvio que están priorizando Entrada Exprés. Es un sistema de dos niveles creado por Ciudadanía e Inmigración «.
Entrada Exprés, promocionado como una forma de responder rápidamente a las necesidades del mercado de trabajo, otorga puntos a los solicitantes en función de sus cualidades demográficas y profesionales. Pero está operando junto a la tramitación de las solicitudes presentadas antes de haberse introducido.
«El nuevo sistema está funcionando muy bien», dijo Brendan Madden, de 29 años de edad, de Irlanda, que trabaja en ingeniería civil en Toronto. «Pero no incorporaron una transición en absoluto entre el nuevo y el viejo sistema.»
Madden decidió venir a Canadá después de asistir a una feria de reclutamiento de empleadores canadienses en Dublín hace unos años. A pesar de que la mayoría de las empresas allí estaban buscando trabajadores especializados, el quería tener una aventura canadiense y solicitó una visa de trabajo en vacaciones.
«Cuando salí de Irlanda, me dije: si vuelvo después de un año, sería genial. Pero a medio camino, yo sabía que quería quedarme. Comienzas a asentarse en un país y acostumbrarte a sus formas. No hubo retraso en mi solicitud de residencia permanente, la solicité tan pronto como pude», dijo.
Catorce meses después de enviar su documentación, no ha recibido ninguna actualización.
La Sra. Murphy, del Centro de Inmigración Canadiense irlandés, planea presionar a los nuevos Miembros del Parlamento liberales y está aconsejando a los que llaman al Centro hacer lo mismo.
«Le decimos a la gente que haga que su gobierno mantenga sus promesas», dijo. «Hacer frente a los tiempos de procesamiento era una de esas promesas.»
