Publicado por The Star, 23 de Marzo del 2019
Cuando llegó a su nueva oficina en una empresa de alta tecnología en Kitchener el viernes, a Mohammed Hakmi le sorprendió el espacio elevado y lúdico de la antigua curtiembre, donde cada habitación lleva el nombre de raperos.
Las cálidas sonrisas de sus nuevos colegas canadienses en Bonfire Interactive contrastan con las miradas hostiles que enfrentó en Beirut, donde todos los días en su camino al trabajo pasaron una valla publicitaria que advierte a los refugiados sirios que no son bienvenidos a trabajar y no deberían quitar los empleos a los libaneses
«Siento que estoy viviendo en un maravilloso sueño ahora y no quiero que nadie me despierte», dijo Hakmi, de 26 años, quien la semana pasada empacó su vida como refugiado y aterrizó en Kitchener como el primer inmigrante calificado. F ue admitido en Canadá a través de Talent Beyond Boundaries, una ONG con sede en Washington que vincula a los refugiados con empleadores desesperados por llenar la escasez de habilidades.
Desde su inicio en 2016, Talent Beyond Boundaries ha examinado y desarrollado perfiles de habilidades para más de 10,000 refugiados ahora en el Líbano y Jordania, el 30% de ellos con un título universitario o superior, y la mitad con un nivel de inglés intermedio o completo. El grupo de talentos incluye personas de 200 profesiones, la mayoría con experiencia en ingeniería, salud, informática, enseñanza, contabilidad y educación universitaria.
Hasta la fecha, siete refugiados han recibido ofertas de empleo en Canadá, con Hakmi recién llegada y el resto en diferentes etapas de sus solicitudes de inmigración.
Bruce Cohen, cofundador de Talent Beyond Boundaries, dijo que la «llegada histórica» de Hakmi presenta una nueva solución pionera para los refugiados que destaca a las personas desplazadas como activos, con habilidades y conocimientos que ofrecer, en lugar de como pasivos.
