Canadá es un sueño de la política de inmigración progresiva…
Al menos que sufras alguna discapacidad.
La política de inmigración de Canadá incluye una prohibición virtual de los inmigrantes con discapacidad que se remonta desde hace décadas: bajo la ley de inmigración y la ley de protección de refugiados, los extranjeros pueden ser rechazados si se considera que podría llegar a representar una excesiva demanda de servicio médico y servicio social, lo cual quiere decir que una persona podría ser rechazada si su hijo es sordo, o una persona que utilice silla de ruedas.
En el año 2000, David Hilewitz, un multimillonario y su hijo Gavin les fue negado inmigrar de Sudáfrica a Canadá porque Gavin tenía una leve discapacidad de desarrollo. A Ángela Chester, una mujer Alemana que se casó con un hombre de Canadá, le fue negada la residencia permanente después de que ellos se mudaron a Canadá porque ella sufría esclerosis múltiple. Otra familia proveniente de Gran Bretaña fue detenida en el aeropuerto por que su hija sufría una anormalidad genética. A Felipe Montoya, reclutado de Costa Rica para enseñar en la Universidad de Toronto, pero su familia no pudo obtener una residencia porque su hijo tenía Síndrome de Down.
En realidad no se sabe el número de inmigrantes con alguna discapacidad que han sido rechazados por Canadá. Roy Hanes, un trabajador social escolar de Canadá, dice que aun cuando la ley no establece explícitamente que las personas con alguna discapacidad tienen prohibición, como parte el proceso de inmigración ellos deben someterse a un estado de salud pues se debe comprobar que sus cuerpos y mentes no serán una carga a la estructura socioeconómica de Canadá.
De acuerdo a algunos estudios esta política de inmigración de la discapacidad podría violar la Constitución de Canadá, sin mencionar al Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad. Aun cuando hay posibilidades de futuras reformas, se dijo que las prácticas en Canadá se muestran “Como construir un país su discapacidad”.
Fuente: Ottawa Citizen
