Con los adultos maduros jubilándose y la inversión incierta, ¿de dónde vendrán los trabajadores de Canadá?
Publicado por: The Conference Board Canada
A menudo escuchamos acerca de los desafíos económicos y políticos que enfrenta Canadá debido a que un gran número de adultos maduros se retiran. La falta de trabajadores ya está desalentando la inversión empresarial, una situación que es un mal augurio para el crecimiento de la capacidad productiva de nuestra economía. Si no fuera por la inmigración, la fuerza laboral de Canadá disminuiría en número, por lo que la inmigración es clave para hacer crecer a nuestro grupo de trabajadores. Además, se deben tomar medidas para maximizar la participación de la fuerza laboral para grupos subrepresentados.
Esto nos dice que para la mayoría de los empleadores canadienses, cada nueva incorporación neta a su fuerza de trabajo requiere al menos dos nuevas contrataciones: una persona para ocupar el nuevo puesto y otra para reemplazar al adulto maduro jubilado. Además, muchos trabajadores mayores abandonan la fuerza laboral por razones de salud o por otras razones personales o familiares, por ejemplo, para cuidar de un cónyuge. Los empleadores canadienses se enfrentan al desafío de encontrar trabajadores y quedan pocos entre las filas de los desempleados. La situación está frenando la producción y hay muchos ejemplos de empresas que no pueden operar completamente porque no pueden ocupar puestos vacantes. Según las estadísticas de Canada, había más de medio millón de empleos vacantes a fines de 2018.
El mejor camino a seguir es que Canadá aumente la participación en la fuerza laboral de las mujeres, los pueblos indígenas y las personas con discapacidad en combinación con el aumento gradual de los niveles de inmigración. No es imposible elevar la participación de la fuerza laboral entre estos grupos subrepresentados, aunque abordar este problema
requeriría liderazgo y financiamiento. Por ejemplo, se sabe que la guardería asequible ayuda a elevar la tasa de participación de las mujeres, algunos estudios sugieren que la guardería puede pagarse a sí misma a medida que aumenta el empleo, los salarios y los ingresos fiscales. Sabemos que las inversiones modestas en el acceso físico a los lugares de trabajo (como rampas y barandillas) y las prácticas inclusivas para integrar mejor a las personas con discapacidades físicas pueden tener un impacto significativo en la capacidad de los canadienses con discapacidades físicas para unirse a la fuerza laboral. Para los canadienses indígenas, un punto de partida claro es mejorar las tasas de finalización de la escuela secundaria, especialmente para los adultos jóvenes. Es un imperativo moral de promover un crecimiento económico inclusivo, ya que esto mejorará los resultados económicos para estas fuentes de talento y sus familias, aliviará la pobreza y fortalecerá nuestra inclusión y cohesión social.
