En Toronto una mujer acusada por fraude migratorio

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La policía afirma que  Imelda «Mel» Fronda Salumã, de 46 años, estaba detrás de una estafa masiva y que hurtó más de $2.3 millones de dólares a 600 inmigrantes potenciales filipinos.

Agnes Aquino, es una de las miles de víctimas presuntas de fraude migratorio que afectan a personas de varios países que tienen la esperanza de vivir en Canadá

COLE BURSTON / TORONTO STAR 

POR: Nicholas Keung Reportero de Migración, Alyshah Hasham Reportero Staff, Marco Chown Oved Reportero Staff

Publicado el Martes 05 de Mayo del 2015

Vinieron de todas partes del mundo y comparten el mismo sueño: conseguir un trabajo en Canadá, convertirse en residentes permanentes y finalmente reunirse con sus familias.

El precio de $5000 era considerable: $1.500 por el puesto de trabajo, $2.000 por el contrato del mismo y por la carta de recomendación con comentarios positivos de parte del gobierno, y una última cuota de $1.500 dólares cuando se emitía la visa de trabajo.

Se supo por comentarios de personas muy cercanas al grupo de Imelda “Mel” Fronda Salumã, el cual era muy unido, ya que las personas confiaban en ella por ser filipina.

La policía afirma que varios fueron abandonados a su suerte, sin papeles ni dinero. Otros fueron rechazados por el Departamento de Migración en Canadá y se les prohibió  volver a aplicar durante dos años.

El martes, la policía de Toronto acusó a Salumã, de 46 años, de estar detrás de una estafa masiva y por hurtar más de $2.3 millones de dólares a 600 inmigrantes potenciales filipinos.

La madre de cuatro hijos fue acusada en febrero y tenía más delitos relacionados con el fraude, añadidos justo la semana pasada. Ahora se enfrenta a 73 cargos relacionados con la presunta venta de documentos falsos de empleo a extranjeros para que pudieran aplicar para emigrar a Canadá como trabajadores temporales extranjeros.

La policía dice que todavía no se ha descubierto la magnitud en fraude, la cual seguirá en curso.

Salumã recibió la orden de arresto el martes. Su abogado no quiso hacer comentarios a la prensa “Star” (medio de comunicación) sobre el caso.

Salumã manejó GoWest Jobs Internacional sobre Finch Ave. W., justo al este de Keele St. con un único miembro del personal: Rose Fabe Walters, también conocida como Rose Marie Walters. De acuerdo con las declaraciones de una de las víctimas, los clientes estaban convencidos de la legitimidad de GoWest por las sonrisas felices de los trabajadores filipinos que percibieron en Facebook de los filipinos, organismo que afirmaba haberlos traído a Canadá en el 2012 para recoger pimientos verdes en una granja de Cambridge.

Agnes Aquino dijo que perdió $24.500, dinero que ella pagó a Salumã y Walters para traer a su hermano y otros familiares a Canadá en Agosto del 2012.

“A pesar de que siempre teníamos que pagar en efectivo, no sospechamos nada. Todos venimos de Filipinas. Tuvimos fe ciega y confiamos que también querían ayudar a otros a venir aquí”, dijo Aquino, quien llegó a Canadá en el 2001 como cuidadora de personas con necesidades especiales.

“Yo estaba tratando de ayudar a mis parientes. Me remitieron el dinero y yo le pagué a Rose (Walters). Mis parientes están enojados y me culpan. Ya no confío en nadie más, incluso cuando lo que realmente quieran sea ayudar”.

Clientes molestos  acudieron a un foro en línea donde, los reclutadores que nunca se habían conocido unos a otros, comenzaron a darse cuenta de la magnitud de la presunta estafa. Aquino dice que ella y otros nueve agentes llevaron las listas de clientes y el papeleo a la Policía de Toronto en Octubre pasado.

En la investigación actual GoWest se remonta solamente al 1° de Julio del 2012. La policía cree que Salumã pudo haber estado operando bajo una razón social diferente antes de esa fecha, pero no han recibido ninguna queja de ese período de tiempo.

Personas que viven en Filipinas, Hong Kong, Japón, Taiwán, Emiratos Árabes Unidos, Israel y el Reino Unido fueron supuestamente arrastrados en esto también, dijo el detective Erwin Mendoza. Algunos ya estaban viviendo en Canadá y supuestamente se les prometió extensiones de visa o residencia permanente.

Mendoza dijo que no sabía de nadie a quien  se le haya emitido con éxito una visa utilizando los documentos.

Pero Rose Grey, una cantante de Windsor que dice que reclutó a los clientes para Salumã de su provincia natal de Nueva Ecija, Filipinas, dice que solo a cuatro de las cerca de 100 personas, las han realmente ayudado a permanecer en Canadá.

Grey  alega que Salumã le proporcionó documentos prometiendo a inmigrantes, empleos en McDonalds, Holiday Inn, Pizza Hut y Tim Hortons, con un pago de $150 por persona.

“Ella me convenció y convencí a mi gente”, dijo.

Grey, que se quejó con la policía y no ha sido acusada, dice que nunca vio ningún documento original, solamente recibió fotocopias o archivos adjuntos escaneados por correo electrónico.

“Tendría una LMO (opinión laboral del mercado) (carta de recomendación) para 50 personas y luego lo vendería a 300 o 500 personas”, alega. “Cuando estábamos todos en la

policía, todos teníamos los mismos documentos”.

La policía afirma que Salumã también estuvo implicada en un fraude de un cheque, por separado.

“Ella le pediría a la gente un favor para cobrar un cheque”, Det. Mendoza alegó. “Un par de días más tarde, sería devuelto como NSF, por una cuenta cancelada o fraudulenta”.

Parece que ha habido una cierta coincidencia entre las dos estafas, dijo. “Algunos reclutadores fueron engañados en el régimen de cambio de cheques y perdieron entre $3,000 y $6,000. Otros no tenían nada que ver con eso”, Mendoza alegó. La Policía de la Región de Halton también ha presentado cargos relacionados con el cobro de cheques.

De acuerdo con un inquilino en el edificio Finch Ave. W. donde GoWest operaba, la empresa se trasladó allí desde una ubicación diferente en Burlington en 2013 y se cerró a principios de 2014.

“Soy una víctima, también”, dijo el vecino, que dice que recomendó a más de 20 familiares y amigos a GoWest. “Me pagaron para que ella manejará las solicitudes. Todos piensan que soy el malo de la película. Les devolví su dinero de mi propio bolsillo, ya que la situación había hecho daño a mi reputación. Todavía sufro la perdida por 32.000 dólares”.

Grey dice que ha pagado decenas de miles de dólares de su propio bolsillo a las presuntas víctimas de Salumã, pero ella no puede reembolsarles a todos.

“Me siento muy mal”, dijo. “La gente está muy enojada conmigo. Yo no era dueña de la empresa, pero yo soy la cara que conocen”.

Rose Marie Walters, de 55 años, ha sido acusada de posesión por propiedad robada por más de $5.000. Su abogado se negó a hacer comentarios relacionados con el caso.

La policía cree que puede haber más víctimas.

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