Publicado por CBC News, 15 de Abril del 2019.
A medida que las universidades en el Atlántico canadiense luchan por los estudiantes internacionales como un antídoto contra la disminución de inscripciones, muchas de ellas ahora gastan cientos de miles de dólares al año en reclutadores de terceros en un mercado altamente competitivo.
Con pagos fijos por estudiante o comisiones a menudo basadas en las tasas de matrícula del primer año, los agentes atraen a estudiantes de todas partes, desde Bangladesh a Belice, y se han convertido en herramientas esenciales para mantener a algunas universidades a flote.
También es una práctica de la que algunas escuelas se resisten a hablar. La Universidad de Saint Mary’s en Halifax, por ejemplo, se niega a divulgar cualquier información sobre contratos o tarifas para agentes, citando el potencial «para poner en peligro los intereses financieros o económicos» de la universidad.
Pero los documentos obtenidos por CBC a través de la legislación sobre libertad de información muestran que otras universidades y colegios en la región del Atlántico tienen contratos con docenas de reclutadores para atraer estudiantes de casi todas las partes del mundo.
La Universidad de Cape Breton, donde los estudiantes internacionales ahora representan más de la mitad de la población estudiantil, gastó $1.1 millones en honorarios de agentes en 2017/18, más del doble que el año anterior.
Resultó ser una inversión lucrativa. Gordon MacInnis, el vicepresidente de finanzas y operaciones de la universidad, dijo a principios de este año que ha habido un «aumento de ingresos» de $ 7 millones para la escuela.
Los agentes dicen que su participación beneficia tanto a las universidades como a los estudiantes, ayudando a los estudiantes que no están familiarizados con el sistema universitario canadiense a aprender más sobre sus opciones, particularmente en el Atlántico canadiense.
Es un costo que las universidades que luchan con la disminución de la matrícula nacional y la disminución de los fondos gubernamentales están dispuestas a pagar, ya que los estudiantes internacionales se han convertido en parte integral de su estabilidad financiera. En el caso de la Universidad Cape Breton, por ejemplo, la matrícula de los estudiantes internacionales ha superado la financiación del gobierno como fuente de ingresos.
