Publicado por Ottawa Citizen, 11 de Abril del 2019.
Durante su candidatura Trump estaba preocupado por la inmigración ilegal pasada de moda, con decenas de miles de mexicanos que cruzaban la frontera a escondidas, a menudo en riesgo mortal con el desierto y deshidratación, y si lograban cruzar, vivían en la clandestinidad en los Estados Unidos. La crisis actual involucra a decenas de miles de solicitantes de refugiados, principalmente de América Central, que han cruzado México en su camino, y esperan obtener asilo legal en los Estados Unidos. No son la caravana mortal sobre la que Trump tuiteó en serie en la campaña electoral de 2018 a medio plazo. Pero hay muchos de ellos y parecen estar abrumando la capacidad de los estadounidenses para procesarlos.
Trump nunca ha perdido las innovaciones políticas creativas y perturbadoras y ha estado trabajando en un acuerdo con México para que efectivamente los solicitantes de refugio tengan sus casos resueltos. Para ese fin, muchos aspirantes a refugiados son enviados a lo que equivale a campamentos temporales en el lado estadounidense de la frontera de regreso a México.
Sin embargo este lunes, un juez dictaminó que la legislación de los EE. UU. existente no permitirá tales transferencias y que, si lo hiciera, no se había tenido suficiente cuidado para garantizar que los refugiados no fueran devueltos a «lugares donde enfrentan riesgos indebidos para sus vidas o su libertad.» No es que la legislación no permitiera el retorno obligatorio, dijo, solo que la ley existente no lo hizo, y agregó una decisión conciliadora: «Las decisiones de política siguen siendo las de los poderes políticos del gobierno para hacerlas, implementarlas y hacerlas cumplir». Sorprendentemente porque este es el mismo juez que recientemente impidió que la administración agregara una pregunta sobre la ciudadanía al censo de los Estados Unidos.
Nuestros problemas fronterizos no son exactamente paralelos a los de los estadounidenses y, por supuesto, tenemos leyes y jurisprudencia diferentes (incluso si un gobierno mayoritario puede cambiar las leyes rápidamente: solo pregunte a SNC Lavalin sobre los tiempos de respuesta favorables). Pero los problemas son más paralelos que perpendiculares.
Lo que plantea una perspectiva intrigante. Si Trump consigue un acuerdo con México para que los solicitantes de refugiados sean devueltos, ¿podemos obtener un acuerdo con Trump para que nuestros solicitantes de refugio permanezcan en los Estados Unidos, de donde proviene la gran mayoría?. En realidad, eso es lo que sucede bajo el «Acuerdo de un tercer país seguro» cuando los refugiados se presentan en los cruces fronterizos oficiales y hacen una solicitud legal. Solo cuando se cruzan ilegalmente, bajo la atenta mirada de la RCMP, pueden quedarse.
Mis suposiciones son que a medida que la nieve se acerca a la frontera retrocede, las elecciones federales se acercan y los asientos de Quebec continúan en juego, Ottawa estará cada vez más desesperada por contener el flujo del sur.
