“Tenemos permitido quedarnos aquí para siempre”: Orden de deportación para una familia mexicana anulada.

“Tenemos permitido quedarnos aquí para siempre”: Orden de deportación para una familia mexicana anulada.

Escrito por Mary Wiens ​​​​​Publicado el 4 de septiembre de 2017 por CBC news
Tres pequeños de Toronto están muy contentos de regresar a la escuela esta semana, un sueño que parecía imposible dada la amenaza de deportación que pendía sobre su familia.
A sus padres se les había ordenado regresar a México, junto con sus hijos nacidos en Canadá, hasta que un juez concedió a la familia un respiro en agosto.
La Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá mantiene registros de cuántas personas son deportadas cada año, sin embargo la agencia no incluye niños nacidos en Canadá porque, como ciudadanos, tienen derecho a quedarse y no son considerados deportados. Por lo tanto, nadie sabe cuántos niños canadienses se ven obligados a abandonar el país cada año.
Para Carlos, de 9 años, la orden del juez le dio una nueva sensación de seguridad, que lo acompañó a Dufferin Mall cuando él y sus hermanos menores, Luka, de 6 años y Kayden, 5, eligieron nuevas mochilas para su primer día en la escuela. Hasta hace unas semanas, los chicos no sabían si iban a ir a la escuela en Toronto o en México.
Los chicos apenas durmieron la noche en que sus padres, Nora Trueba e Israel Ochoa, recibieron una carta de Immigration and Citizenship Canada diciendo que su solicitud para permanecer en el país había sido aprobada.

Esa noche, Kayden, el más joven, le pidió a su hermano mayor que le contara la historia – su historia – de nuevo.
«Mi hermano pequeño me dijo: ‘¿Recuerdas cuando nos dijeron que podíamos quedarnos?'», Recuerda Carlos. «Y yo le dije, ‘Sí, tenemos permitido quedarnos aquí para siempre'».
Para los padres de Carlos, la noticia era abrumadora. Los ojos de Ochoa todavía se llenan de lágrimas, recordando aquella noche.
Trueba y Ochoa llegaron a Toronto en el 2005 como visitantes.

Cuatro meses más tarde, solicitaron la protección como refugiados pero, siguiendo lo que dicen en la comunidad eran malos consejos de otros, abandonaron su reclamo y comenzaron a trabajar como limpiadores indocumentados.
Después de que naciera su primer hijo, Carlos, la madre de Trueba les rogó que no volvieran a casa, debido a la continua violencia en San Salvador Atenco, una localidad situada a unos 40 kilómetros al noreste de la ciudad de México.
Uno de los vecinos de Trueba fue secuestrado y asesinado, dicen.
La pareja temía que también pudieran convertirse en blanco de secuestradores. En una comunidad desesperadamente pobre desenfrenada por el tráfico de drogas, temían que fueran vistos como ricos norteamericanos.
La pareja solicitó permiso para permanecer en Canadá por razones humanitarias y compasivas hace tres años. En ese momento, habían tenido sus tres hijos.
La solicitud fue rechazada; días antes de Navidad de 2015, Ochoa fue arrestado y se emitió una orden de deportación.
La pareja apeló, pero su solicitud fue rechazada una vez más antes de ser enviada para una revisión judicial. La primavera pasada, un juez envió la solicitud de regreso a inmigración, diciendo que los oficiales no habían sopesado adecuadamente los intereses de los hijos de la pareja, todos ellos ciudadanos canadienses.
Este mes, un tercer oficial de inmigración aceptó la solicitud de la pareja. La decisión es definitiva, pero podría tomar hasta 18 meses para que los padres terminen el proceso para convertirse en residentes permanentes.
El abogado de refugiados e inmigrantes Clifford McCarten se hizo cargo del caso de la familia después de escuchar su historia en la Metro Morning de CBC.
Decisión «importante e interesante»
«Creo que esta decisión es importante e interesante», dice. «Esto demuestra claramente cuán significativo es el interés de los niños afectados por una decisión de inmigración».
En su fallo, la jueza de la Corte Federal Susan Elliott escribió: «Es difícil creer que, en forma acumulativa, el funcionario decidió que el interés superior de los niños sería ir a México con sus padres en lugar de quedarse en Canadá». Habida cuenta de las pruebas presentadas sobre las perspectivas educativas inferiores de ese país, la atención de la salud y sus vínculos con la delincuencia violenta y el tráfico de drogas.
El caso también es significativo, dijo McCarten, porque en la tercera audiencia de inmigración, también hubo un reconocimiento del valor del trabajo de limpieza y conserjería que realiza la pareja.

Los solicitantes que esperan quedarse por motivos humanitarios y compasivos tienen que demostrar que se han establecido en Canadá. En dos audiencias anteriores, funcionarios de inmigración desestimaron los 11 años que la pareja pasó trabajando como limpiadores en casas particulares, seguidos por su actual trabajo de limpieza en un restaurante.
«En Toronto y en Canadá, existe mucha con estatus de precariedad, trabajando en campos como limpieza, mantenimiento, construcción, servicio de alimentos», dijo McCarten. «No es un trabajo glamoroso, sin embargo, esto es lo que mantiene al país en marcha».
Los padres de Carlos, Luka y Kayden trabajan largas horas, siete días a la semana.
Ochoa se va a trabajar a medianoche, pero regresa a las 7 de la mañana para preparar a los muchachos para ir a la escuela, y ahí es cuando su esposa se va a terminar su turno en el restaurante.
Es difícil decir qué diferencia hará la decisión para otros trabajadores indocumentados con niños nacidos en Canadá. Pero esos niños, a veces peyorativamente conocidos como «bebés ancla», se han convertido en el foco de los grupos anti-inmigrantes que dicen que los trabajadores indocumentados eligen tener hijos para eludir las reglas.
McCarten no está de acuerdo con esa línea de argumentación.
«El mero hecho de que alguien tenga un bebé aquí no garantiza que [sus padres] se quedarán».
Aunque los niños nacidos en Canadá están autorizados a permanecer en el país incluso si sus padres son deportados, McCarten dijo que casi todos terminan con sus familias.
Estos son asuntos, sin embargo, para que resuelvan los adultos.
Para Carlos, la primera prioridad será contarles a sus amigos en la escuela las buenas noticias.
«Y mi único maestro conoce mi situación», dijo. «Ahora podría ver las noticias y puede que se sorprenda de que se nos permita permanecer aquí para siempre».
La noticia también significa que su padre puede seguir su propio sueño, dijo Carlos.
“Su sueño de tener un restaurante.”

http://www.cbc.ca/news/canada/toronto/programs/metromorning/we-re-allowed-to-stay-here-forever-deportation-order-for-mexican-family-overturned-1.4272700

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