Amy Reid
Después de huir de Pakistán, los Bokharis dieron todo para empezar una nueva vida para su familia, en Surrey. Pero ganarse la vida aquí resultó demasiado difícil para ellos.
Javaria Bokhari y su familia huyeron de Pakistán debido al terrorismo. Después de casi dos años en Surrey, no pudieron encontrar un empleo adecuado, a pesar de ser un profesor y un abogado en su país natal.
Fotografía por: Kevin Hill, Surrey Now
SURREY – Un abogado y una profesora se trasladan a Canadá desde Pakistán. ¿Cuánto tiempo tardan para encontrar trabajo?
Demasiado tiempo, la familia Bokhari le dirá. Para ellos, ese día aún no ha llegado.
Han pasado casi dos años desde que Javaria Bokhari, su marido Jahangir y sus dos hijos llegaron a Surrey – y la búsqueda de puestos de trabajo en sus respectivos campos les ha obligado a trasladarse a Ontario.
Su historia no es única.
El cuarenta por ciento de la población de Surrey son nacidos en el extranjero. Además, en una encuesta realizada por la Asociación Local de Inmigrantes de Surrey con más de 500 personas, el 41 por ciento de los inmigrantes locales informaron haber tenido dificultades para encontrar empleo que coincidiera con su educación y habilidades.
Pero volvamos a los Bokharis.
Huían de la ciudad de Peshawar, una ciudad paquistaní plagada de terrorismo, regularmente golpeada por atacantes suicidas. Javaria, quien tiene un doctorado en psicología clínica, trabajó como profesora asistente de psicología en la Universidad de Mujeres Shaheed Benazir Bhutto en Peshawar. La escuela a menudo recibe amenazas, ya que los talibanes no están muy interesados en que las mujeres tengan educación, explicó.
Pero su marido fue quien en realidad experimentó el terrorismo de primera mano, dijo.
«Mi marido estaba trabajando practicando leyes en los tribunales superiores. Él, junto con sus colegas y los jueces presentes en esos días, fueron rehenes (de) los talibanes en dos ocasiones», dijo en una entrevista con Now.
Su ciudad, capital de la provincia paquistaní Kyhber Pakhtunkhwa, sigue siendo un lugar peligroso hasta el día de hoy.
En 2014, el grupo Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP) asesinó a 132 niños y más de una docena de adultos en una escuela de su ciudad – el peor acto terrorista en la historia del país.
«He sufrido todo ese terror. Debido a estas condiciones de inseguridad, solicitamos emigrar «.
Solicitaron venir a Canadá a través del Programa Federal de Trabajadores Calificados.
Eso fue 2008, y en diciembre de 2013, había llegado el momento de mudarse. Con su marido y sus dos hijas, se mudó a Surrey.
Un amigo organizó una suite en un sótano para la familia en el barrio de Cedar Hills, pero Javaria dijo que sus ahorros habían disminuido después de pocos meses.
«Desde ese día estamos luchando», dijo, «todavía muy lejos de nuestra propia profesión.
«Yo estaba mentalmente preparada para el choque cultural, pero no estaba mentalmente preparada para los retos en mi vida profesional.»
Conseguir el reconocimiento de sus credenciales no resultó difícil, explicó, pero encontrar un trabajo sí lo fue.
Había solicitado puestos de trabajo en las universidades de todo Metro Vancouver, pero no era capaz de obtener uno. La razón era diferente cada vez. Javaria mencionó que una institución le dijo que simplemente encontraron un mejor candidato. Otra le dijo que estaba demasiado cualificado y les preocupaba que iría después de encontrar un mejor trabajo. Otros le dijeron que tenía que obtener experiencia canadiense.
«Cuando tienes un nivel de educación y experiencia de trabajo en muy buenos puestos, no estás listo para salir de sus expectativas.»
Sin embargo, en un intento de reforzar currículo, decidió ser voluntaria en PICS (Progressive Intercultural Community Services) en Surrey donde ayuda a los nuevos inmigrantes, como ella misma, para que tengan acceso a servicios y se adapten a la vida en un nuevo país. Fue voluntaria por más de 10 meses.
